El amor es una palabra completa, su accionar la evidencia que somos seres completos. El título es muy frecuente y se pública en casi todos lados, sin embargo el amor no se enseña en la escuela, ni en un curso, ni en una relación. Este va mas allá de lo que uno puede aprender. El amor, no es aquello que vemos en las películas románticas de Hollywood.
El amor somos tu y yo, somos amor, porque Dios es amor. El amor es aquello con lo que nacimos, es el hecho existencial esencial, es el sentido de la vida, una herencia natural, que no se encuentra en el significado de las cosas, ni en la letra de una canción, sino que está en nosotros mismos, nosotros decidimos si dar amor o negar amor.
Cuando asignamos valor a las cosas que no son amor, empezamos a dar amor a algo que no nos lo pueden devoler , buscamos significado en lo que no tiene. Sobrevaloramos lo que percibimos con nuestros sentidos fisicos y subvaloramos lo que, en nuestro corazón, sabemos que es verdad.
La mayor parte del tiempo , el ser humano siente temor de mostrarse tal y cómo es, porque tememos que si descubren quienes somos realmente, mucha gente daría media vuelta y saldría corriendo, no hay mayor negación de amor que la falta de amor por uno mismo. Cuando dejas de saber quien eres realmente , sientes temor , y el temor viene disfrazado de muchas emociones y circunstancias . Somos seres perfectos, creados a imágen y semejanza de Dios. Somos amor porque Dios es amor.
Empecemos a aceptarnos los unos a los otros. El amor te ve aún mas allá de tus fallas, porque te sigue amando sin condiciones y te motiva a ser mejor persona, el amor de Jesús lo muestra claramente.
Podemos ser capaces de amar por encima del error, porque cuando empezamos a reconocer quién está detrás de todo esto, empezamos a valorar quien es mi hermano. Cuando valoro y amo a mi hermano, me valoro y amo a mi mismo.
Este post no pretende enseñar que es el amor, el significado del verdadero amor va más allá de lo que se puede enseñar. El amor es inmutable y tú, por consiguiente, también. Nada de lo que jamás hayas hecho o puedas hacer mancillará tu perfección a los ojos de Dios. A sus ojos eres alguien realmente digno por lo que eres, no por lo que haces. Nada de lo que hagas ni de lo que dejes de hacer
Con cariño
Sheridam
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